sábado, 14 de mayo de 2011

El Avemaria



 El Avemaría es seguramente una de las primeras oraciones que aprendimos cuando éramos niños. Es una oración sencilla, un diálogo muy sincero nacido del corazón, un saludo cariñoso a nuestra Madre del Cielo. 

Recoge las mismas palabras del saludo del ángel en la Anunciación (Lucas 1, 28) y 
del saludo de Isabel (Lucas 1, 42), y después añade nuestra petición de intercesión confiada a su corazón amantísimo. En el sigo XVI se añadió la frase final: “ahora y en la hora de nuestra muerte”. Todo ello forma una riquísima oración llena de significado.

El Avemaría es una oración vocal, es decir, que se hace repitiendo palabras, recitando fórmulas, pero no por esto es menos intensa, menos personal.


En el Avemaría, descubrimos dos actitudes de la oración de la Iglesia centradas en la persona de Cristo y apoyadas en la singular cooperación de María a la acción del Espíritu Santo (Cf Catecismo de la Iglesia Católica 2675). 

La primera actitud es la de unirse al agradecimiento de la Santísima Virgen por los beneficios recibidos de Dios (“llena eres de gracia”, “el Señor es contigo”, “bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús”) y la segunda es el confiar a María Santísima nuestra oración uniéndola a la suya (“ruega por nosotros, pecadores”). 

Para explicar esta oración es muy útil seguir los números 2676 y 2677 del Catecismo de la Iglesia Católica.

1. En la primera parte de la oración se recoge el saludo del ángel, del enviado del Señor. Es una alabanza en la que usamos las mismas palabras del embajador de Dios. Es Dios mismo quien, por mediación de su ángel, saluda a María. Nuestra oración se atreve a recoger el saludo a María con la mirada que Dios ha puesto sobre su humilde esclava y a alegrarnos con el gozo que Dios encuentra en ella.

"Llena eres de gracia, el Señor es contigo": 

Las dos palabras del saludo del ángel se aclaran mutuamente. María es la llena de gracia porque el Señor está con ella. La gracia de la que está colmada es la presencia de Aquél que es la fuente de toda gracia. 

María, en quien va a habitar el Señor, es en persona la hija de Sión, el Arca de la Alianza, el lugar donde reside la Gloria del Señor: ella es "la morada de Dios entre los hombres" (Apocalipsis 21, 3). "Llena de gracia", se ha dado toda al que viene a habitar en ella y al que ella entregará al mundo.

2. A continuación, en el Avemaría se añade el saludo de Santa Isabel: "Bendita tú eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús". Isabel dice estas palabras llena del Espíritu Santo (Cf Lucas 1, 41), y así se convierte en la primera persona dentro de la larga serie de las generaciones que llaman y llamarán bienaventurada a María (Cf Lucas 1, 48): "Bienaventurada la que ha creído..." (Lucas 1, 45); María es "bendita entre todas las mujeres" porque ha creído en el cumplimiento de la palabra del Señor.

Abraham, por su fe, se convirtió en bendición para todas las "naciones de la tierra" (Génesis 12, 3). Por su fe, María vino a ser la madre de los creyentes, gracias a la cual todas las naciones de la tierra reciben a Aquél que es la bendición misma de Dios: "Jesús el fruto bendito de tu vientre".

El Papa Juan Pablo II nos explica muy bien el contenido de este saludo de Isabel a su prima en el número 12 de la Carta Encíclica Redemptoris Mater:

3. Después, el Avemaría continúa con nuestra petición: "Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros..." Con Isabel, nos maravillamos y decimos: “¿De dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?" (Lucas 1 ,43). 

María nos entrega a Jesús, su Hijo, que muere por nosotros y por nuestra salvación en la cruz y, desde esa misma cruz, Jesucristo nos da a María como Madre nuestra (Cf Juan 19, 26-28); María es madre de Dios y madre nuestra, y por eso podemos confiarle todos nuestros cuidados y nuestras peticiones, porque sabemos que Dios no le va a negar nada (Cf Juan 2, 3-5) y al mismo tiempo confiamos en que tampoco nos lo va a negar a nosotros si es para nuestro bien. 

María Santísima reza por nosotros como ella oró por sí misma: "Hágase en mí según tu palabra" (Lucas 1,38). Confiándonos a su oración, nos abandonamos con ella en la voluntad de Dios: "Haced lo que Él os diga" (Cf Juan 2, 5).

"Ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte". Pidiendo a María que ruegue por nosotros, nos reconocemos pecadores y nos dirigimos a la "Madre de la Misericordia", a la Toda Santa. 

Nos ponemos en sus manos "ahora", en el hoy de nuestras vidas. Y nuestra confianza se ensancha para entregarle desde ahora, "la hora de nuestra muerte". Que esté presente en esa hora, como estuvo en la muerte de su Hijo al pie de la cruz y que en la hora de nuestro tránsito nos acoja como madre nuestra para conducirnos a su Hijo Jesús, al Paraíso, a nuestra felicidad eterna en el pleno y eterno amor de Dios.





Cuando nosotros los Catolicos le rezamos a
la Virgen Maria o a los Santos lo unico que estamos
haciendo es que les estamos pidiendo que rezen por
nosotros. 
Asi como le pedimos a algun hermano Cristiano que reze por nosotros. 
Este tipo de rezo es nada mas una suplica a ellos que rezen por nosotros.
Asi como cuando nosotros los Cristianos necesitamos que alguien reze por nosotros le pedimos a las
personas que consideramos mas cercanas a Dios que rezen por nosotros. Por ejemplo; Si yo necesito que
alguien reze por mi madre que tiene cancer, no le voy a preguntar a un narcotraficante que vende drogas  a
la vuelta de la esquina. Lo que yo haria en esta situacion seria que le suplicaria a la persona mas
santa que conosco que reze por mi madre. 
Despues de todo Santiago 5:16 dice; Reconozcan sus pecados unos ante otros y recen unos por otros para que sean sanados. La súplica del justo tiene mucho poder con tal de que sea perseverante.

Hay un  malentendido entre los Protestantes y los Catolicos que surge de la frase rezale a Maria o
rezale al Santo Tomas etc. Los Protestantes toman estas frases literalmente como si nosotros los
Catolicos le estubieramos rezando a Maria o a los Santos diractamente y esperando a que ellos contesten
nuestras suplicas directamente. 
Pero usualmente como sucede en el modo de habla humano estas frases sobreviven sobre los tiempos proque son frases cortasy faciles. 
Es mas facil decir le rezare a Maria, que decir  le voy a pedir a Maria que le reze a Dios por mi. 
La segunda frase Teologicamente es mas correcta, pero tambien es dos o tres veces mas larga entonces
nadie usa estas frases diariamente porque son mas dificiles.

A pesar de esta expresion, los rezos de la Iglesia Catolica son correctos teologicamente. Por ejemplo en
el Ave Maria nosotros decimos Ave Maria madre de Dios ruega por nosotros los pecadores ahora y en la hora de
nuestra muerte y en el Yo Confieso decimos Por eso ruego a Santa María siempre Virgen, a los ángeles, a
los santos y a ustedes hermanos, que intercedan por mí ante Dios, Nuestro Señor.

Otra diferencia entre los Protestantes y los Catolicos es la manera en la que recordamos a los Cristianos que
han muerto. Los Protestantes los recurdan y los extañan pero ellos creen que cuando alguien muere ya
estan afuera de este mundo y fuera de nuestras plegarias. A pesar de que los Protestantes creen en el
Cuerpo de Cristo, ellos creen que esto solo pertenece a los Cristianos vivientes. Para ellos los Cristianos
que han muerto se van al Cielo o al Infierno y ya no estan conectados o no son afectados o no estan
interesados con eventos de este mundo. Pero para los Catolicos, todos los Cristianos vivos o muertos siguen
siendo parte del Cuerpo de Dios. Entonces seguimos conectados. 
Los Catolicos seguimos amandolos, y seguimos rezando por el uno al otro como hermanos y
hermanas en Cristo. Por lo tanto, los rezos intercediarios continuan a traves del poder de Dios,
entre los miembros del Cuerpo de Cristo, porque todos estamos vivos en Cristo Rey.




fuentes:http://es.catholic.net
           http://pdci.wordpress.com

viernes, 13 de mayo de 2011

EL PADRE NUESTRO



Dios quiere que lo llamemos PADRE, que significa Papá, en arameo (el idioma de Jesus) ABBA.
Eso expresa una comunión y confianza total.
Dios es padre nuestro, Padre de todos. No se contenta con que cada uno por su lado acuda a Él. Quiere que siendo todos sus hijos, vivamos unidos en familia, su Iglesia.
Ser hijos de Dios Padre crea en nosotros lazos más fuertes que el parentesco.
Si Dios nuestro Padre esta en el cielo, TENEMOS UN ENCUENTRO FIJADO CON ÉL EN EL MISMO CIELO.

¿Quién nos enseño el Padrenuestro?
El mismísimo Jesús, en el “sermón de la montaña”.
¿Cómo?
Nos enseño que cada vez que oraramos lo hiciéramos de la forma en la que Él lo hacia.

EL PADRENUESTRO POR PARTES

SANTIFICADO SEA TU NOMBRE: es decir: Que se de honor a Dios. Al orar de esta forma le pedimos que todos los hombres sepan reconocerlo como su padre celestial, y nos conceda transmitir fielmente un reflejo de Él.
Ante nadie debo doblar mis rodillas, sino ante Él.

VENGA A NOSOTROS TU REINO: El reino de Dios ya ha venido al mundo en la persona de Jesus. El reino YA ESTA entre nosotros, si bien todavía no se da en plenitud, Jesus asegura que el reino es de aquellos que tienen “alma de pobres”, “son perseguidos a causa de la justicia” y de “los que son como niños”.
El reino del amor de Dios es un don y una tarea. Si nosotros no trabajamos por el reino, este nunca se instalara en nuestro corazón, ni en nuestras familias, ni en nuestro mundo.

HAGASE TU VOLUNTAD, EN L A TIERRA COMO EN EL CIELO: La voluntad de Dios es siempre lo mejor para nosotros. Porque El sabe,mejor que nosotros, que es lo que nos conviene.
“en la tierra como en el cielo”: el amor que hay entre el Padre, el Hijo y el Espiritu Santo debe existir entre los hombres y hacernos hermanos.
Dios quiere que todos nos salvemos, por eso es importante saber que lo bueno proviene de Él y nos acerca a Él, y lo malo, aunque siempre es mas fácil, nos aleja de su amor.

DANOS HOY NUESTRO PAN DE CADA DIA: El “pan de cada dia” significa todo lo que necesitamos para vivir: comida, ropa, casa, condiciones humanas en la sociedad.  También estamos pidiendo que nunca nos falte “EL PAN: Jesus  en la Eucaristía, el pan de la vida eterna. Tenemos que alimentarnos de Dios, sobre todo participando SIMPRE  de la misa.
El pan no es “mio” si no “Nuestro”. Si no se comparte con los hermanos, no es el pan del Padre.
No podemos intentar asegurar nuestras riquezas hasta el fin de nuestra vida, amontonando bienes. Nuestra seguridad es únicamente el Amor de Dios.

PERDONA NUESTRAS OFENSAS, COMO TAMBIEN NOSOSTROS PERDONAMOS A LOS QUE NOS OFENDEN: Perdonar es mostrar que el amor es mayor que la ofensa del otro. Viene de “per-donar” que significa donar hasta l fin, sin limites. He de perdonar “no solo 7 veces, si no 70 veces 7”, es decir, SIEMPRE. 
NUNCA digamos, “esta es la ultima vez que te perdono”.
El odio, la amargura, el rencor, envenenan nuestra vida y nuestro corazón.
Si perdono de corazón, sentiré paz como nunca antes.
Si vivo atado a cosas del pasado, me olvido de vivir con alegría el presente. Lo que paso ya no lo puedo cambiar. El HOY me pertenece.
El perdonar es gratis, es perdonar sin que el otro tenga que pedirlo, ayudando asi a quien m  ofendió para que pueda comenzar a mejorar y crecer.

NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACION  Y LIBRANOS DEL MAL. AMEN: siempre somos tentados de no seguir el camino de Dios, si no un camino mas fácil y comodo. Es la única y verdadera tentación: vivir una vida comoda huyendo del camino de la cruz.
La tentación es un momento de opción, de decisión. De alguna manera es un momento de “todo o nada”.
Debemos estar siempre preparados porque la hora del tentador es cualquier momento o circunstancia.
“AMEN”al decir esto decimos:!Si, en esto creo, en esto confío, que asi sea!, qu esto se realice, afirmo y deseo todo lo que cabo de pedir.

domingo, 1 de mayo de 2011

Santo Subito!



Con gran alegría anunciamos al Beato Juan Pablo II: El Grande.
Ojala el Señor pronto nos regale la gracia de su santificacion